miércoles, 21 de noviembre de 2012

Capítulo10: Dudas. Más que la simple lealtad.

Dudas.

Las calles de Sevilla a mediados del mes de Noviembre ya eran imposibles de pasear por el frío que hacia. La mano de Quique agarraba la mía con fuerza. Llevábamos un mes juntos, todo lo que está viviendo era como un sueño y deseaba no despertar nunca nunca. Él era el único que me hacia verdaderamente feliz o al menos eso creía.
Entramos en el Starbucks, había una pequeña cola para hacer sus pedidos el sitio estaba lleno para ser las ocho de la noche. Chica lista, ir al Starbucks sabiendo que Ale libraba los viernes y además a esa hora.

Quique cogió mi cintura y me pegó más a él. Apenas unos centímetros había de separación de nuestros labios. Su aliento calentaba mi rostro. Enrosque mis brazos al rededor de su cuello y nos fundamos en un beso.

Una tos ronca nos hizo volver a la Tierra, me gire para hacer el pedido. La sangre se me congelo. Sus ojos negros se clavaron en mi, tenía la boca abierta por la sorpresa de verme con... su ex mejor amigo.

-Que van a tomar- su voz sonó muy grave y cortante. No levanto la mirada del ordenador.

El sentimiento de culpabilidad se apodero de mi, ¿pero porqué? Ale y yo fuimos novios hace mucho tiempo, y muchísimo menos yo le había traicionando. Desde que Quique y yo empezamos a salir yo me deshice de Ale, se que no me porte muy bien ¿vale? ¿pero qué queriais que hiciese? Decirle que estaba saliendo con mi vecino, él que hace unos años fue su mejor amigo y que le hizo una gran jugada provocando que a Ale le expulsaron del colegio. Hiciese lo que hiciese yo me odiaria por salir con Quique.
Recogimos nuestros Macchiattos, el brazo de Quique rodeo mis hombros. No se porque lo hice, pero mis ojos se desviaron a la figura rígida que había limpiando la mesa que estaba junto a la ventana.
Ande más rápido para evitar la tensión que había entre los tres, cada uno por un motivo diferente.
Le di un buche al café, no sabía que estuviese tan caliente y quemó todo lo que se le encontraba al bajar por mi garganta. El calor provocó que mis mejillas se enrojecieran a gran velocidad.
Cada vez parecía que hiciese más frío, me pegué más a Quique mientras dábamos un paseo por la Avenida de la Constitución. Andábamos sin ningún rumbo fijo, andar por andar.
Llegamos al parquecito su había al lado de la boca de metro de Puerta Jerez.

Corrí para sentarme en el banco negro de hierro, me senté y como me temía estaba congelado. Volví la vista a mi novio, le sonrei pero la sonrisa que él me devolvió me dejó sin respiración. Sí, se que todo lo que él hace me dejaba sin respiración, ¿ pero podía existir alguien tan genial como él? Contesto por ustedes, ¡no, no hay nadie que le supere a él!
La imagen de Ale en el Starbucks visito a mi mente. Quique se sento a mi lado, a caricio mi mejilla y soltó un suspiro.

-¿Qué te pasa?- apolle mi cara en su pecho.

- Hacia tiempo que no le veía- le mire a los ojos, no encontré sus ojos, él estaba con la vista perdida. Al sentirse observado volvió la vista a mi y ahí apareció su sonrisa de nuevo.- Bah, tampoco fue mi culpa.

-Lose cariño- solto otro suspiro. - es bastante cabezota y sí fuese más listo se llevaría genial contigo ahora.

-¿Os conoceis?- sonó muy borde.

-No.

¿Qué? ¿Pero porque le había negado? Ale estuvo durante todo ese tiempo conmigo, sin él no hubiese estado a mi lado me habría sentido muy sola, ¿espera que? ¿yo estuve con él como amigos sólo por no sentirme sola? Pues claro que no, me lo pasaba genial con él, me encantaba verle cuando salía del colegio y verle allí con esa sonrisa tan burlona cuando salia del castigo. Pero cuando Quique me recogía era diferente, el corazón se acelerada de una manera alocada que con él no pasaba ¿no? ¡ Pero que hacia! Quique estaba ahí a mi lado, el chico al que amaba y que él a mi también me amaba e incluso y sí fuese posible más que yo, ¿porque pensaba en Ale?

Un ligero beso en los labios me desperto y me hice volver a la Tierra donde se encontraba la sonrisa perfecta de mi novio.
Le devolví el beso, nuestras lenguas jugueteaban entre ellas. Su beso me hizo asegurarme que al único hombre al que amaria por siempre sería a él. Todo tipo de distraccion sólo podía pensar en él.

...

-Para, puden vernos.- lo separe con mi mano. Su respiración estaba agitada por la excitación.

-Estamos en mi cuarto y mis padres en el salón.- me dedico una sonrisa seductora, se me hizo un nudo en el estómago.- No van a oirnos lo prometo.

Le force una sonrisa y continuamos con el beso. ¿Porque me acobardaba tanto? Le amaba muchisimo, él era el indicado para ser el primero y el último. Reuní fuerzas y le devolví el beso incluso con más fuerza que el suyo. Poco a poco fue tumbandome en la cama. Los miedos se apoderaron de mi, la mente me rogaba que parase. El placer callo a mi mente. La mano de Quique desabrocho mi blusa, sus labios jugaron con la tira de mi sujetador.
Bajo a mi barriga, me daba besos cortos. La respiración se me aceleraba cada vez más.

Sus ojos negros rondaron por mi mente, sus labios fruncidos, sus ojos llenos de ira...

-Quique...- me incorpore, se había desprendido de su camisa, seguía con esa sonrisa en la cara- No sigas por favor.- parecio molestarle.

Resoplo soltando todo el aire que le quedaba y se levanto de la cama. Cogió su camiseta y se la puso. Me visti a la misma vez que él.

Salimos de su casa en completo silencio, un silencio muy incómodo. Llegamos a la puerta de casa, saqué las llaves y abrí la. Entró detrás de mi, ¿aún no se había dado por vencido? Le seguí hasta el salón, se sentó en el sillón, colocó sus brazos detrás de su nuca y me dedico una de sus mejores sonrisas. El miedo se esfumo por completo y me senté a su lado, se encendió un cigarro.

- Perdón- levanté una ceja, la que debería de pedir perdón era yo no él.-, te he presionado mucho. Esperare a que estés lista y sin presionar, lo prometo.- le dedique unas de mis mejores sonrisas. Le dio una larga calada al cigarro.

- Gracias.- le quite un mechon que le caía y se le ponía a la altura de su ojo izquierdo. Me encantaba.- ¿Lo sabes?

- No es difícil darse cuenta uno.- saco media sonrisa, me echo hacia él.- La próxima vez...- se quedo callado- ¿pero que próxima?- solté unas risitas- pocas chicas quedan que lleguen a los dieciséis años siendo vírgenes y para serte sincero todos los tíos estamos hartos de buscar una tía que no halla sido usada por otro. Nos gusta ser los primeros.- le di un puñetazo en su pecho, mientras mis mejillas enrojecian a gran velocidad.- me encanta este color- acaricia mi mejilla que ardia por el rubor, le fulmine con la mirada y soltó una carcajada.

-Capullo.

Escuche como metían las llaves en la cerradura, la puerta se abrió y las voces que oímos eran las de mis padres. Nos levantamos para saludarles. Sí, habéis oido bien, desde que Quique y yo empezamos a salir me llevaba mejor con ellos.

-Señor, yo me voy ya.

Le acompañe hasta la puerta y se despidió de mi.


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Holaaa espero que os haya gustado este cap., hoy me sentía algo inspirada jajaja ya sabéis comentar y votar!!

Este cap. se lo dedico a @loqueleoyoypunto

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